El Mundo al 2050: los retos de la innovación tecnológica

Es indudable que hoy vivimos una época emocionante. Los avances científicos y tecnológicos nos permiten conocer --cada vez más-- los secretos mejor guardados del universo y también del ser humano. Las posibilidades son infinitas. Hablamos de innovación aplicada a nosotros mismos, de innovaciones que afectarán la vida humana, tal y como hoy la conocemos.

Hace unas semanas leía en el diario El País un interesante artículo que revelaba algunos de los inventos que veríamos en el año 2050. Si bien estas innovaciones resultan asombrosas, me puse a pensar también en los retos y cuestionamientos que irán asociados a estos grandes cambios.

Privacidad en peligro

Un primer tema polémico será la privacidad. Rafael Yuste, la mente detrás de BRAIN (el mayor proyecto de investigación lanzado en EE.UU.), comenta que es muy probable que en 20 años hayamos descifrado el “código cerebral”, algo así como el equivalente al genoma humano. Tras siglos de preguntas sin respuesta, sabremos por fin cómo interactúan 85,000 millones de neuronas en nuestra cabeza.

Tal y como ocurrió con el genoma humano, comprender cómo se generan emociones, recuerdos, imaginación y comportamiento, nos permitirá “leer” la mente humana e inclusive alterarla. Podremos ampliar las capacidades del cerebro, acceder a la mente de otras personas, y saber claramente lo que están pensando. Incluso, podremos modificar la forma en que funcionan sus cerebros.

¿Estamos preparados para esto? ¿Quién pondrá los límites? Si sabemos que este conocimiento es el poder de lograr lo posible con la información correcta en el momento indicado, un riesgo inherente sería el de una potencial violación sistemática a nuestra privacidad e integridad. Este poder en manos equivocadas podría generar verdaderas catástrofes. Yuste dice que “necesitaríamos proteger nuestros derechos cerebrales, como si fuesen un derecho humano”. Parece ficción, pero es una situación que está a la vuelta de la esquina.

Genética a la carta

Hoy ya es posible editar el genoma de los seres vivos, incluyendo a los humanos. Una herramienta desarrollada el 2012, de nombre CRISPR, permite realizar esta edición de forma tan sencilla, que algunos especialistas la comparan con un editor de textos.

El 2050 tendremos, casi con seguridad, seres humanos hechos “a medida”. Modificados genéticamente para cumplir estándares médicos y estéticos elegidos por sus padres o la sociedad, en general. Tendremos, por un lado, una población que bordeará los 10 mil millones de habitantes, el otro, un cambio climático descontrolado que en definitiva afectará el suministro de alimentos. Sin embargo, la edición genética permitirá crear cosechas resistentes a estas inclemencias de un mundo mucho más hostil. Esto es positivo pero es necesario que la humanidad converse sobre las consecuencias no buscadas de la revolución genética. Yuste recuerda que “en 1992 necesitábamos –por ejemplo-- más atención de la gente, antes de que la revolución de internet despegase”.

Desigualdad exacerbada

Otro detalle es que la innovación tiene un efecto sobre las brechas de ingresos en una sociedad ¿A qué se debe esto? La respuesta está en la especialización. Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC, señala que “los trabajadores de más alto nivel ganan cada vez más dinero (…) y las personas con sueldos más bajos si bien siguen teniendo empleo, pero dichos sueldos deteriorándose cada vez más”. Hay empresas tecnológicas que pagan medio millón de dólares al año a recién doctorados en inteligencia artificial…

En Silicon Valley -- la meca de la innovación tecnológica -- existen ya acciones de resistencia social de parte de la población de California. Ellos muestran su descontento apedreando los buses de una élite cuyo 1% más rico llega a los 4.2 millones de dólares al año, equivalente a casi 50 veces el del 99% más pobre.

Este será un proceso doloroso. Muchos empleos desaparecerán con la automatización y la exigencia de profesionales cada vez más especializados. Los empleados administrativos y de formación media serán relegados a un segundo o tercer lugar. Pero la innovación también trae consigo nuevos empleos. La clave está en analizar, si estamos haciendo los esfuerzos necesarios para que más personas estén en capacidad de asumir estas nuevas formas de trabajo.

El reto de una población anciana

Con la esperanza de vida creciendo exponencialmente también se incrementa el número de enfermedades crónicas asociadas con la edad avanzada: el cáncer, las dolencias cardiovasculares y la diabetes. Sin embargo, dichas enfermedades crónicas ya no serán un problema. La detección temprana del cáncer y la personalización biológica del tratamiento son alternativas que ya se aplican con éxito hoy. El reto es reducir los exorbitantes precios de estos tratamientos innovadores que, en algunos casos, pueden llegar incluso al medio millón de dólares por paciente.

Por otro lado, las proyecciones estiman que para el 2050, el número de personas con más de 65 años en países en desarrollo se incrementará 250% respecto al 2010. Habrá 10 veces más personas con 100 o más años en todo el mundo. Probablemente veamos mayores casos de maternidad a los 60 años o más, pues al aumentar la extensión de la vida, una mujer de esa edad probablemente tenga las condiciones físicas de una mujer de 40 años de la actualidad.

¿Qué esperamos los peruanos para incluir estos nuevos escenarios en la agenda pública? ¿Estamos listos para afrontarlos y aprovechar la innovación del futuro? ¿Estamos listos para vivir el mundo del 2050?